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El Gobierno morenista de Puebla; al más puro estilo de la Dictadura Chavista.
En un movimiento que evoca el estilo de la controvertida dictadura chavista, el gobernador morenista de Puebla, Alejandro Armenta, ha desatado polémica al amenazar con expropiar hasta cuatro hectáreas de terrenos de alta plusvalía. Según el mandatario, esta medida busca corregir las injusticias cometidas en los años 90, cuando gobiernos corruptos expropiaron tierras a campesinos para luego venderlas a empresas inmobiliarias.
Sin embargo, al defender su postura en los medios, Armenta se dio un balazo en el pie y ha caído en una contradicción. En los años 90, el estado de Puebla estaba bajo el mando de Manuel Bartlett, un político que, curiosamente, también pertenece a su partido. Este detalle ha generado críticas y cuestionamientos sobre la coherencia de su discurso.
En redes sociales, los poblanos no han tardado en expresar su escepticismo. Muchos se preguntan cuáles son las verdaderas intenciones detrás de esta expropiación.
Si el objetivo es realmente beneficiar al "pueblo bueno y sabio", ¿por qué no liberar primero a los campesinos encarcelados injustamente por defender sus tierras? Y si los terrenos serán expropiados, ¿se devolverán a sus legítimos dueños o simplemente cambiarán de manos para repetir las prácticas de las inmobiliarias corruptas?
El debate está abierto, pero una cosa es clara: los ciudadanos exigen acciones que respalden las palabras. Ya basta de hipocresías.